sábado, 8 de marzo de 2008

DÍA DE REFLEXIÓN

Y pienso yo: ¿por qué no reflexionamos en qué es lo mejor para España? No se trata de la lucha entre la izquierda y la derecha, que eso ya no existe casi. Se trata de enemigos irreconciliables amparados en la verborrea y la falta de escrúpulos de los que nos dirigen.
Que se encargan de enfrentarnos. Es como si quisieran que estuviéramos eternamente enfadados. Para que seamos más fáciles de dirigir. Porque es indudable que tenemos simpatías por alguno de ellos. Eso es incuestionable.
Pero quizá, si sus posturas se acercaran, si fuera posible que llegaran a pactos que beneficien a todos y que se mantengan y se cumplan a pesar de los cambios de gobernantes... quizá entonces, seríamos más felices. Sería un compartir el mando y no un deseo irrefrenable de ostentarlo. Es como si no quisieran perder el sillón.
El sillón y el poder no hacen al hombre importante. Es el hombre el que hace al sillón necesario, pero para que en él se sienten todos los ciudadanos, que al fin y al cabo son los que deben beneficiarse del buen hacer de los políticos.
Ojalá y mañana no gane nadie. Ojalá y mañana se llegue a un pacto social entre las fuerzas importantes de este bendito país. Y los minoritarios que se agarran como garrapatas a los testículos, no sean más que eso garrapatas.
¡Si quieren gobernar que ganen algo! Que no es lo mismo que chupar la sangre de quienes tienen realmente el apoyo de los ciudadanos.

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